INSOPORTABLE


Por Guillermo Núñez Pérez

   Lo es salir por la mañana bien temprano a caminar por la ciudad para cumplir con uno de los remedios contra el colesterol, y comprobar que el número de vehículos que entran en la ciudad es cada día mayor. Y mientras caminamos, vamos rumiando las declaraciones de algunos políticos que insisten en que la solución al problema no es limitar el número de vehículos privados en una isla de superficie pequeña, sino aumentar las inversiones en vías públicas estilo “anillo insular” de Tenerife, esa monstruosidad que como bien indica su nombre nos aprisiona cada vez más hasta el límite inhumano de acabar con nuestro paisaje y con lo que haga falta, pues los intereses de los importadores de vehículos y de los constructores de carreteras deben seguir prevaleciendo por encima de todo y de todos y todas, como dicen desde hace algún tiempo los cursis del lenguaje.

Lo es comprobar cómo los profesionales y los empresarios tienen reconocidos por la ley un conjunto de incentivos fiscales en Canarias en el ámbito de la imposición directa, y que sin embargo la aplicación de esos incentivos no se haya traducido en muchos casos en la mejora de nuestro tejido productivo, aumento del empleo y mejora de la competitividad. Y mientras eso ocurre, el cretino de turno (y también la cretina), ignorante de casi todo, se atreve a afirmar públicamente que lo más dañino que ocurre en nuestro sistema económico es que el Estado ofrezca una prestación económica a los parados de larga duración con cargo a los Presupuestos, contribuyendo de esta forma a mantener “vagos” y “gente de mal vivir”.

Lo es ver cómo en nuestra sociedad existen dos temas de los que todo el mundo se siente autorizado a hablar sin límites de ningún tipo, sobre todo temporales: el fútbol y la política. En cuanto al fútbol, posiblemente se trate, a pesar de la apariencia de realidad que supone que los telediarios de las distintas cadenas dediquen un tercio de su tiempo a hablar del mismo, de un espectáculo relativamente minoritario en cuanto a sus seguidores o aficionados efectivos, pero que sirve al poder político para entretener al personal, y al poder económico para realizar buenos negocios. En este terreno de juego, se da la paradoja de que nadie cuestionará nunca el sueldo de una estrella futbolera, pero sí lo hará respecto del sueldo que perciba un político, como por ejemplo, el del presidente del gobierno. En el caso de la política, he de confesar que me resulta insoportable ver cómo el poder económico (televisiones de ámbito nacional) decide en buena medida una parte importante del voto de la ciudadanía a favor o en contra de uno u otro partido, transformando la política no en lo que debiera siempre ser, algo serio, sino en un espectáculo de circo.

Son muchas y variadas las cosas que me resultan insoportables a medida que cumplo años, y el remedio que sigo, por si ustedes tienen también este síntoma de insoportabilidad, es no sólo escribir estos artículos, sino afirmar mi tendencia, que ya es casi un derecho, al sopor permanente.

 

Guillermo Núñez Pérez es Catedrático de Derecho Financiero y Tributario y Asesor Fiscal

También en la web Guillermonuñez.com

Un pensamiento en “INSOPORTABLE

  1. De acuerdo con los cursis del lenguaje: unos son políticos demagogos a la caza del voto feminista; y otros son enfermos de ideología de género.

    En cuanto a la comparación salarial de futbolistas y políticos. Los primeros obtienen sus ingresos de forma honesta, contractual, mediante la libre cooperación de los consumidores; nada que objetar. Los segundos, en cambio, obtienen su salario bajo la violencia fiscal; obtienen ganancias de forma inmoral.

    Respecto a la venta de vehículos. Se produce porque los consumidores lo demandan. A mayor número de vehículos, ceteris paribus, mayores son las colas. Lo malo es que el transporte público es estatal, las carreteras son estatales y el mercado no puede equilibrar oferta y demanda de espacio.

Su comentario