LA NEGOCIACIÓN DE LOS ASPECTOS ECONÓMICOS DEL REFC: LIBRETO DE UNA ÓPERA BUFA


Por Guillermo Núñez Pérez

  Seamos impertinentes, es decir, propongámonos molestar con palabras respetuosas –otras pretensiones serían tareas propias de los Dioses– a todos aquellos que tienen responsabilidades (políticas y empresariales) en los asuntos relativos al REFC y, en particular, en los denominados aspectos económicos del mismo.

  Según los medios de comunicación, se ha creado una Comisión Mixta entre el Gobierno de la Nación y el Gobierno de Canarias para escenificar una supuesta negociación dirigida no a acordar y asumir compromisos concretos, sino más bien, a exponer las reivindicaciones o solicitudes que los representantes canarios hacen a los representantes gubernamentales nacionales a fin de que estos se manifiesten sobre la pertinencia o no de las mismas. La prueba fehaciente de que no estamos en presencia de una auténtica negociación es ésta: “Sí, sí, dice el Subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Turismo: nos parece muy interesante la propuesta, pero la misma queda en todo caso condicionada a la ficha financiera”. Es decir, nos hallamos ante la política de la complacencia cínica, caracterizada por aquello de “tu pide por esa boquita lo que desees, que ya vendrá luego el ministro de Hacienda a decir la última palabra al respecto”.

  ¿Cuál es entonces la finalidad de esta escenificación de negociación? Pues mucho me temo que la misma tiene mucho que ver con la política de gestos. El Partido Popular, que en cuatro años de legislatura no ha dicho ni mu sobre los aspectos económicos del REFC, pretende ahora un doble objetivo: de un lado, poner de manifiesto que el expresidente Paulino Rivero no era un interlocutor válido, y que el actual, Fernando Clavijo, sí lo es, todo ello bajo la pretensión de que si los resultados de las elecciones generales favorecen de nuevo al PP, es posible y muy aconsejable que se rompa el pacto regional entre CC y PSOE y que este último sea sustituido por el PP; de otro, transmitir la imagen de que el Gobierno de la Nación se ocupa de los asuntos canarios, y que aún no asumiendo compromisos preelectorales dimanantes de estas supuestas negociaciones, ya se habría recorrido un camino fructífero en caso de que el PP ganara las próximas elecciones generales.

  A todas estas, los interlocutores canarios, contentos como niños, proponen y proponen nuevos –y en ocasiones estrafalarios– asuntos para ser incluidos en la reforma económica del REFC: desde mayores fondos para el desempleo, pasando por la financiación de los viajes de los profesores universitarios a otras universidades, y terminando por ayudas para la industria del reciclaje, un aspecto sectorial de la industria canaria que seguramente se le ha ocurrido al Consejero de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento, que según ha manifestado públicamente, no se considera un político, sino un empresario que hasta hace muy poco tiempo ocupaba puestos de responsabilidad en ASINCA (Asociación Industrial de Canarias).

  Como puede verse, esto de la negociación de los aspectos económicos del REFC parece más una cosa cómica que seria y rigurosa, y tal vez sea esto lo que explique que en las fotografías de las sesiones, los negociadores aparezcan siempre mostrando abiertamente sus espléndidas sonrisas, quizás porque se estén riendo de todos nosotros…

Guillermo Núñez Pérez es Catedrático de Derecho Financiero y Tributario y Asesor Fiscal

También en la web guillermonuñez.com

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