SALVAR A LA ORCA MORGAN


 Por Guillermo Núñez Pérez

  El argumento del film “Salvar al soldado Ryan(1998) protagonizada en su papel principal por T. Hanks y dirigida por Steven Spielberg, se inspiró en un hecho real acontecido durante la Guerra de Secesión norteamericana: la muerte en combate de varios miembros de una misma familia. Este hecho servirá al guionista para plantear el argumento central de la película, que no es otro que el de la conformación de una patrulla especial del ejército americano durante la segunda guerra mundial (desembarco de Normandía) para encontrar y devolver vivo a su madre, por razones compasivas, al soldado Ryan, puesto que otros tres hermanos del mismo ya habían fallecido en su objetivo de ganarle la guerra a las tropas hitlerianas del III Reich.

  Pienso que una iniciativa similar habría que adoptar para salvar a la orca Morgan, que se encuentra recluida, junto a otros ejemplares, en unas piscinas habilitadas al efecto en las instalaciones del Loro Parque, en Puerto de la Cruz, Tenerife. De acuerdo con un informe de la organización norteamericana PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) las instalaciones del Loro Parque son “una prisión para las orcas y una trampa para turistas”. Basan sus acusaciones en unas fotografías tomadas en marzo de este año en las que puede verse que algunas de las orcas cautivas tienen heridas en forma de “marcas de rastrillo”, “mucosidad anormal” en los ojos, “dientes perdidos o limitados” y un “comportamiento errático e inusual” (enlace a la noticia).

  Es evidente que al margen de las concretas acusaciones realizadas por PETA (negadas radicalmente por el Loro Parque) y que deberán ser objeto de comprobación por las autoridades españolas, la cuestión planteada conecta con una creciente sensibilización de nuestra sociedad por el trato que algunos humanos dan a los animales, sobre todo, cuando los mismos son utilizados exclusivamente como “animales de circo” a partir de los cuales se obtienen pingües beneficios para sus “propietarios”. Nadie duda del reclamo que supone poder exhibir y ver actuar a unos mamíferos como las orcas entrenados ex profeso para deleitar (¿?), previo pago, a unos espectadores que seguramente desconocen casi todo sobre las orcas, pero que sobre todo, no reparan en que son seres nacidos para vivir y desarrollarse en libertad en la inmensidad del mar. En términos comparativos, bastaría con pensar en que la empresa del Loro Parque se plantease la posibilidad de tener en cautividad a un grupo de ballenas piloto o calderones, de las que tenemos la suerte de poder verlas durante todo el año en plena libertad en las costas del sur de Tenerife. Estoy seguro que los habitantes de esta isla se opondrían radicalmente a semejante iniciativa.

  Dudo mucho que nuestras autoridades, siquiera sea por compasión, lleguen a plantearse en algún momento adoptar cualquier tipo de medida a favor de la orca Morgan y sus compañeros de prisión. Dirán que estamos ante un atractivo turístico que beneficia a Canarias (en realidad a la empresa Loro Parque) por lo que se me ocurre que la única opción factible para todos aquellos que estamos a favor de su liberación, es presentar una iniciativa legislativa popular ante el Parlamento de Canarias para que se prohíba seguir explotando económicamente a unos seres nacidos para vivir en libertad.

Guillermo Núñez Pérez es Catedrático de Derecho Financiero y Tributario y Asesor Fiscal

También en la web guillermonuñez.com

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