CÓLOGAN: UNA VELA A DIOS Y OTRA AL DIABLO


Por Guillermo Núñez Pérez

  Leopoldo Cólogan es un empresario canario que ha dedicado buena parte de su actividad a defender los intereses del sector agrícola y, en particular, los intereses de los plataneros. Como él mismo afirma sin ningún tipo de miramientos o sutilezas en una entrevista periodística reciente, “mi ideología es el plátano”. Y vaya si lo es, pues en el largo camino que va de 1989 (momento en el que se acuerda cambiar el modelo inicial de integración de Canarias en la Unión Europea) hasta la actualidad, sus esfuerzos se han centrado en defender los intereses particulares que representa ante los Gobiernos de la Nación, conformados por el PSOE o el PP, o bien, directamente ante las propias autoridades comunitarias. Así que como él mismo indica, unas veces vota al PSOE, otras al PP, y casi siempre a CC, pues mientras las dos primeras fuerzas políticas han de cohonestar la defensa de diversos y contrapuestos intereses en todo el país, “traicionando” en ocasiones los intereses canarios, Coalición Canaria siempre se circunscribirá a defender por tierra, mar y aire los intereses del llamado pueblo canario, es decir, los intereses de aquellos sectores económicos que crearon y aderezaron ese partido político con dicha finalidad específica.

  Sin duda, no es mi intención poner en cuestión la valía y trayectoria pública de Leopoldo Cólogan, entre otras razones, porque resulta indudable que esa valía está corroborada por los hechos. A sus ideas, preocupaciones y capacidad de acción se debe, entre otras cosas, que un sector tan atomizado y desperdigado como era el sector de productores de plátanos en Canarias, se constituyera en cinco Organizaciones de Productores en el marco de la correspondiente organización común de mercado (OCM) requerida por la Unión Europea. En todo caso, a este mérito personal (cuando la generalidad de los plataneros “estaban tirados a la bartola”) coadyuvó de manera decidida el saber que los productores canarios iban a ser beneficiarios de importantes subvenciones procedentes del presupuesto comunitario. Para el año 2014, el importe total a repartir entre 8.196 peticionarios ascendió a la cantidad de 141.100.000 euros. Aquí lista de beneficiarios: búsquese, y si se encuentra, es que se ha sacado la lotería.

  Hay que señalar que esta importante cuantía es independiente del beneficio que en su caso puedan obtener los plataneros por la venta de la fruta, fundamentalmente en el mercado peninsular. Aparte, claro está, de que los mismos tienen derecho a acogerse a los relevantes incentivos fiscales previstos para los titulares de actividades económicas por el régimen económico y fiscal de Canarias (REFC) y, en particular, a la bonificación del 50% en su cuota del IRPF/IS por producción de bienes corporales. Si a todo lo anterior añadimos que algunos de los principales productores son, además, dueños del agua y que también obtienen importantes beneficios prácticamente exentos de impuestos por la venta de la misma, el resultado no puede ser otro que el de vivir, en términos ideológicos y reales, en el paraíso del plátano.

  Pero claro, cómo adherirse a la ideología del plátano es otro cantar. Lo más que podemos hacer la mayoría de los canarios es comer plátanos, normalmente de menor calidad que aquellos otros que se envían a la Península, y de vez en cuando, soltar algún tipo de alarido solidario (los plataneros que viven en el paraíso son excelentes organizadores de manifestaciones multitudinarias cuando ven peligrar sus intereses) en contra de las pretensiones de las multinacionales norteamericanas que operan en Latinoamérica por sus aviesas intenciones de inundar con sus plátanos el mercado europeo. En esto, es curioso, la ideología del Sr. Cólogan es la misma que aquella otra que profesan los antisistema y antiglobalización: el mercado es para nosotros y para nadie más. Y si no te gusta, cómete un plátano, pero que sea canario.

Guillermo Núñez Pérez es Catedrático de Derecho Financiero y Tributario y Asesor Fiscal

También en la web guillermonuñez.com

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